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     El origen de la primera Parra se encuentra en Sevilla durante la II Guerra Mundial, donde Brian Walmsley, actor inglés y bohemio (entonces hacía de espía para el MI5), conquista a Teresa Pérez de Guzmán, se casa con ella y se fueron a vivir a Carvajal, un pequeño pueblo malagueño donde abren el primer restaurante. Una anécdota curiosa de aquella época es que Sean Connery, desconocido entonces y que hacía de extra en películas rodadas allí, dejaba cada día la cuenta sin pagar. Años después, cuando trasladaron La Parra a Londres, apareció la mujer de Sir Connery con un enorme cheque con el que pagó lo fiado en Carvajal.

 

     Fueron los años en la capital inglesa los más alocados sin duda, cuando cada noche cenaba hasta las tantas la jet londinense de la época, como los Rolling Stones, los Who, la princesa Ana,  Cristopher Lee y Gunter Sachs, entre otros.

 

     Cansados de tanto ajetreo, se vuelven a mediados de los 70 a Sevilla, donde abren la tercera Parra. Gestionada por la rama andaluza de la familia.  En esa época, el madrileño Ginés Sánchez-Rubio conoce en Ibiza a Tessa Walmsley Pérez de Guzmán, la espectacular hija del matrimonio. Se casan y después de aventuras en Ibiza como la apertura de Amnesia,  inauguran en Madrid  donde, en estos treinta y tres años, se han dado cita representantes  de la vida social, política y cultural. Mezclando ambas culturas culinarias, la tradicional española con los toques internacionales del abuelo Brian.

 

     Desde 1983 , los propietarios y ahora sus dos hijas, Tessa y Andrea,  han impregnado cada detalle de la decoración y de su cocina de un estilo muy personal, basado en sus gustos particulares  y en sus experiencias, adaptándose siempre a las exigencias y necesidades del cliente.

 

     La decoración mezcla el encanto de una taberna andaluza, con sus azulejos estilo mozárabe,  y el romanticismo de un club inglés del XIX. Ofrece un ambiente distinto en cada servicio gracias a su característica iluminación y a la música de fondo, todo ello supervisado por las dueñas, con mucho cariño y dedicación.

Por el día, comidas de negocios y  por la noche se convierte en el rincón perfecto para disfrutar de una velada romántica a la luz de las velas.

 

     Cocina de producto , de  corte tradicional y fondo anglo-andaluz, servicio atento, amable, ambiente y decoración  muy cuidados es el día a día de este restaurante del barrio de Chamberí. Una selección de platos y sugerencias del día que cambia con cada temporada  manteniendo sus fijos  más característicos como el Steak Tartar, Salmorejo o Apple Crumble entre otros.

 

 

      Todo esto mezclado con originales platos de carácter internacional. Taramasalata, receta versionada por Brian de la "taramosalata" griega, huevas de maruca emulsionadas con aceite de oliva con muchos fans entre la sociedad madrileña.  Ensalada La Parra (champiñón, alfalfa, rabanitos,etc) ,  Roast Beef con su salsa horseradish o nuestro mítico Pollito Marrakech.

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